[blockquote]Una vez que hemos elegido el tipo de pintura y el efecto que queremos pasamos a la última fase del pintado: el propio pintado. Este ofrece diferentes métodos que pueden dar nuestro propio toque personal al acabado.[/blockquote]
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[h2_heading]Esponjeado[/h2_heading]
[two_third nr=»first»]Esta técnica, como el propio nombre indica se realiza con una esponja. Sobre un color base ya aplicado, podemos utilizar la esponja bañándola en otro color. Para de esta manera dar un efecto salpicado. Hay que tener en cuenta que dependiendo del tipo de esponja que cojamos conseguiremos un salpicado u otro.[/two_third]
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[h2_heading]Trapeado[/h2_heading]
Esta técnica es similar a la anterior lo único que para dar ese toque con otro color utilizaremos un simple trapo.
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[header_title header_size=’h6′ title=’Tres formas de aplicación del trapeado’][list style=»square» color=»#009dcd»][list_li]Con golpes suaves a la pared[/list_li][list_li]Frotando[/list_li][list_li]Rotando el trapo con las formas que se nos ocurran[/list_li]
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Con un trapo a diferencia de con una esponja podremos dar una mancha más grande sobre la pareced creando efecto nube en éstas.
[h2_heading]Gotelé[/h2_heading]
[two_third nr=»first»]
Está técnica consiste en dejar grumos de pequeño, medio o gran tamaño por la superficie de la pared. A la hora de realizar esta técnica se recomienda la contratación de profesionales que dispongan de la maquinaria adecuada o en el caso de tener conocimientos de su aplicación, existen numerosos sitios donde poder alquilarla.[/two_third]
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[blockquote]A todos estos estilos de pintado hay que unir la combinación de los distintos acabados que se consiguen con las pinturas: brillante, satinado y mate con lo que combinándolos podremos conseguir efectos sorprendentes. [/blockquote]